No puedo manejar mis tiempos. Ya no me pertenecen. No me alcanza el tiempo.
No me alcanza para hacer las cosas de la casa, menos para dedicarme un momento para mí.
El “mundo bebé” me consume, me agobia, me ahoga, me enloquece un poco.
No hay respiro. No hay vacaciones. No hay feriados.
Es una demanda constante 24/7.
Antes era muy buena para administrar mis tiempos: hoy no me encuentro entre los llantos, las siestas, la comida, los pañales, los juegos.
Me pierdo de a ratos a mí misma, me siento anulada.
Este relato puede ser mío o tuyo también, ¿verdad?
Es muy difícil gestionar los tiempos, cultivar la paciencia, no poner el televisor, no decir “no”, solo usar juguetes de madera, no darles azúcar y más y más exigencias mientras l@s hij@s demandan que pongamos el cuerpo una y otra vez. Demandas de amor, pero es válido aceptar que cuesta entregarse al 100%.
Repitan conmigo:
“Hacemos lo que podemos con lo que tenemos.”
“Hoy no es siempre.”
“Mi cuidado no es un lujo, es prioritario.”
“No somos superwoman.”
Te invito a reflexionar sobre las metas que nos estamos poniendo en nuestro día a día, la sobreexigencia permanente, la competencia con la mamá de al lado y la necesidad de empezar realmente a cuidar de nosotras mismas.