Es fundamental poder conversar y comprender que nosotr@s como mamás y papás debemos poder validar y nombrar lo que les ocurre a l@s niñ@s y no restarle importancia o magnitud a sus acontecimientos.
Si al niño o niña le dan una vacuna y llora y nuestra reacción es decirle “shh no pasa nada” (tal vez con la buena intención de tratar de tranquilizarl@), lo que estamos haciendo en realidad es invalidar su dolor. Y sí pasó algo: lo pincharon, eso le duele y llora. Respetemos su dolor, su sentir. Sino de este modo lo que ocurre es que el/la niñ@ se sentirá frustrad@ por no sentirse entendid@ por ti.
Más allá que a lo mejor no podremos quitarle su dolor ni solucionarle el problema, al validar su emoción, nuestr@ hij@ percibirá la importancia que le otorgamos a lo que le sucede.
Podemos empezar por ejemplo nombrando las emociones y reconociendo su sentir: “sé que te ha dolido la vacuna y tienes pena por eso.”
Muchas veces sus reacciones nos parecerán incomprensibles, exageradas y por eso la importancia de validar: de poder valorar la relevancia que tiene una situación para la otra persona aunque nosotr@s lo sintamos distinto.