La gestación es el momento donde una mujer más aprende sobre sí misma. Esto nos dice Brazelton (1983). Sin embargo, debo decir que para mí esto no fue así. El mayor aprendizaje sobre mí misma fue posterior, una vez que nació mi hija.
Entonces me pregunto y me cuestiono sobre mi embarazo: ¿me detuve realmente a conectar conmigo misma o fueron mayores los miedos que tenía en relación al parto o al estado de salud de mi bebé que me imposibilitaron esa conexión emocional tan necesaria?
Bydlowski (2007) utiliza el término transparencia psíquica para referirse a la creciente sensibilidad emocional que se suscita en el embarazo junto con el afloramiento de recuerdos de la niñez. Es así como se reactivan procesos psicológicos anteriores no resueltos y la reagudización de duelos pendientes.
En mi caso, las preguntas en relación al embarazo de mi madre y a revisar cuestionar y validarla a ella como mamá también ocurrieron con mi hija ya en brazos. Los viejos conflictos, mi propia infancia empecé a revisarla luego.
Pero siento que hubiera sido interesante y necesario hacerlo durante el embarazo. Darme el espacio, el momento y el lugar para analizar mi rol de hija y mi futuro rol de mamá.
Por eso quiero invitar a las embarazadas a que puedan mirar hacia adentro, revisar sus relaciones tempranas y los vínculos afectivos para pensar en cómo relacionarse con su bebé. Revisar todo lo que está pendiente.
Es de suma importancia el estado psicológico de la mujer durante el embarazo, poder contar con red de apoyo, información de preparación al parto, revisar temas de autoestima y confianza.
La gestación es una etapa de transformación absoluta que merece su atención en todo sentido. Ojalá todas las embarazadas puedan disfrutar y adentrarse en ese proceso que nos conecta con muchísimas partes de nuestra identidad y con un momento de plena transformación y revolución.