El rosa para niñas. El azul para niños. Las niñas juegan con muñecas y los niños juegan con autitos. Aunque son estereotipos aún nos encontramos con estas divisiones en la actualidad.
Vamos a comprar ropa para nuestr@s hij@s y está dividida para niños y para niñas, siendo que en el primer caso abundan los colores más oscuros como el azul, el negro y el gris mientras que para niñas el rosa lleva la delantera. Lo mismo con los juguetes: las muñecas, princesas, cocinas y juegos de limpieza destinadas para las niñas y los autos, los soldados y las armas para los niños.
Es importante visibilizar que no hay nada de natural en esto. Durante siglos se han atribuido características a lo femenino y a lo masculino de forma arbitraria pero estableciéndolo como si fuera algo del orden natural (pueden leerlo hasta en Platón). Así fue transmitido de generación en generación y nos han criado bajo estos patrones. Por suerte hace ya muchos años que empecé a cuestionar toda esta lógica y me resulta súper importante poder compartirla con ustedes.
Desde mi punto de vista es fundamental poder criar a nuestr@s hij@s bajo un enfoque de género, que puedan jugar a distintos juegos y elegir colores sin etiquetas. Pero somos l@s adult@s l@s que les presentamos las opciones a l@s niñ@s en una primera instancia. Entonces somos nosotr@s l@s que tenemos que ir rompiendo con estos estereotipos de género y entender que los colores son colores.
Sé que para algun@s puede ser difícil ver a un niño jugando con muñecas pero el significado de lo que representa se lo damos nosotr@s. La realidad es que es probable que aquel niño que juegue “a la mamá y el papá” y acune a un bebé, el día de mañana pueda ejercer su paternidad de forma más saludable.
Les dejo algunos tips para poder propiciar una crianza libre de prejuicios de género: