Es necesario ir eliminando el mandato de la maternidad que durante muchas generaciones mantuvo ocultas y oprimidas a tantas mujeres.
El fin máximo de realización de la mujer se ubicaba allí, en la maternidad (es como si te recibías de mujer al ser madre). Y por suerte creo que las cosas fueron cambiando. No por suerte en realidad sino gracias a una lucha encabezada por el feminismo que permitió ir abriendo espacios de poder para las mujeres que antes eran totalmente inaccesibles.
Las mujeres hemos crecido profesionalmente y eso ha hecho que por ejemplo varias cuestionaran su deseo de ser madres o no, de postergarlo a lo mejor.
Otras hemos optado por ser madres pero cuánto se nos complica poder compatibilizarlo con nuestro desarrollo profesional, ¿verdad? Son pocos los tiempos y los espacios que se les dan a las madres para poder lograrlo (como por ejemplo los tiempos de licencias postnatales o salas adecuadas de lactancia en los trabajos).
El sistema te quiere rápidamente productiva en el trabajo capitalista que genera dinero. No le sirves en tu casa dando la teta. Lo escribo, lo pienso y siento que resulta muy cruel.
Hemos ido logrando avances pero aún falta demasiado para darle a la maternidad el peso que merece. Para valorar la fuerza de trabajo de las mujeres dentro y fuera de la casa.